Por primera vez se logra criar en cautiverio a una rana venenosa de dardo recientemente descrita

rana-dorada2Comunicado de Prensa:

Científicos del Instituto de Biología de la Conservación del Smithsonian (SCBI por sus siglas en inglés) y el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales (STRI), que trabajan en el Proyecto de Rescate y Conservación de Anfibios de Panamá (PARC) lograron criar la primera Andinobates geminisae nacida en cautiverio. Ésta es una diminuta especie de rana venenosa de dardo que sólo crece 14 milímetros, por primera vez colectada en una pequeña zona en Panamá Central y descrita el año pasado. Colaboradores científicos colectaron y nos entregaron dos adultos con el propósito de evaluar el potencial para el mantenimiento de esta especie en cautiverio como una población de aseguranza.

“Hay un verdadero arte en aprender acerca de la historia natural de un animal y encontrar el conjunto adecuado de señales ambientales para estimular la cría en cautiverio exitosa”, comentó Brian Gratwicke, biólogo de la conservación de anfibios en SCBI y director del Proyecto de Rescate y Conservación de Anfibios de Panamá, PARC. “No todos los anfibios son fáciles de criar en cautiverio, así que cuando logramos criar una especie por primera vez, es un verdadero hito para nuestro proyecto y un motivo de celebración.”

Los científicos simularon las condiciones para la reproducción de las ranas adultas en un pequeño tanque. Las ranas pusieron un huevo en una hoja de bromelia, que luego se transfirió a un plato Petri húmedo. Después de 14 días, el renacuajo eclosionó. Los científicos creen que las ranas adultas de A. geminisae pueden proporcionar cuidados paternos a sus huevos y renacuajos, cosa que no es rara en las ranas de dardo, pero no han sido capaces de determinar si ese es el caso. En la naturaleza, uno de los padres transporta al renacuajo en su espalda hacia un pequeño charco de agua, por lo general dentro de un árbol o entre las hojas de una bromelia.

Después de que el renacuajo eclosionó, los científicos lo trasladaron del plato Petri a una pequeña taza de agua, imitando los pequeños charcos naturales. Con una dieta de comida para peces, después de 75 días el renacuajo se transformó exitosamente en una rana joven y ahora es del tamaño de un adulto maduro.

Los científicos del Proyecto de Rescate y Conservación de Anfibios de Panamá no están seguros si la A. geminisae es susceptible al hongo quitridio que está matando a anfibios. Sin embargo, ya que esta especie sólo se encuentra en un área pequeña de Panamá y depende de bosques tropicales primarios, que están bajo la presión por la conversión agrícola, la han identificado como una especie de conservación prioritaria.

“Más aún, esta especie parece tener una distribución muy agrupada dentro de la pequeña área donde se le encontró,” comentó Roberto Ibáñez, cientifico del Smithsonian en Panamá y director nacional del PARC. “Aparentemente, sus poblaciones están asociadas a ciertos filos a lo largo de los valles formados por quebradas, lo cual puede complicar su conservación al requerirse que varios de estos sitios estén dentro de áreas protegidas.”

El Proyecto de Rescate y Conservación de Anfibios de Panamá cría especies de ranas en peligro de extinción en Gamboa, Panamá y El Valle de Antón, Panamá. Este proyecto es una asociación entre el Zoológico de Houston, Cheyenne Mountain Zoo, el Zoológico de Nueva Inglaterra, SCBI y STRI. Este estudio contó con el apoyo de Minera Panamá y Biodiversity Consultant Group.

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El Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales en Panamá, es una unidad de la Institución Smithsonian. El Instituto promueve la comprensión de la naturaleza tropical y su importancia para el bienestar de la humanidad; capacita estudiantes para llevar a cabo investigaciones en los trópicos; y fomenta la conservación mediante la concienciación pública sobre la belleza e importancia de los ecosistemas tropicales. Sitio web: http://www.stri.si.edu

Contacto de prensa: Beth King, kingb@si.edu o
Sonia Tejada, tejadas@si.edu

Not always best to be the brightest

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One of the greatest puzzles of evolutionary biology is the color variation of the strawberry poison-dart frog on the Bocas del Toro Archipelago. Generally a shiny reddish-orange throughout its mainland Central American territory, Dendrobates pumiliocomes in as many as 30 color combinations on the Panamanian Caribbean island chain. Rising seas separated the archipelago from the mainland less than 9,000 years ago – a blip in evolutionary terms. How did such an array arise so quickly?

Given that environmental conditions do not seem to vary greatly between population locations, natural selection might play second fiddle to sexual selection in the D. pumilio riddle. To test that theory, Ph.D. student and STRI fellow Laura Crothers is studying how the frogs – males and females – respond to brightness and color variation.

More fiercely territorial than their size would suggest, the diminutive males regularly pick fights. Yet instead of taking on dimmer competitors – which, in theory, should be easier targets – they appear to attack the more brightly colored ones.

Energy spent calling to or wrestling with other males is energy not spent reproducing. So if dimmer and different-colored males fought less once isolated from the mainland, this could help explain the early in the divergence of color in these populations. For example, if most of the frogs in a population are orange, other males could ignore an unusual blue individual. “That would allow those really rare blue ones to increase slowly in that population because they are not getting beat up all the time,” says Laura. “They can focus all of their time on courting females.

 

Source: Smithsonian Tropical Research Institute